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Se considera que hay determinados trastornos que pueden venir acompañados de sintomatología agresiva, pero, aunque existe correlación, no significa que el padecer algún trastorno como la esquizofrenia, la bipolaridad, el trastorno límite de la personalidad o incluso la depresión, conlleve automáticamente la agresividad en las personas que lo padecen, no funciona así.
¿Cuáles son los trastornos agresivos?
Como tal, los trastornos específicamente que provoquen necesariamente agresividad, no existen. Aunque en los trastornos infantojuveniles hay algunos trastornos que pueden incluir la agresividad entre sus síntomas, no es una condición única de estos, aunque sí es posible que aparezcan como sintomatología comórbida.
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¿Cuáles son los tipos de agresividad?
Normalmente nos podemos imaginar la agresividad como algo físico. Aunque esto último sea posible, existen otros tipos de agresividad como la verbal (insultos), fácil (gestos de reprobación), sexual (violación) y la indirecta (arremeter contra objetos que puedan importar al agredido). Aquí hemos puesto algunos ejemplos, pero se podrían encontrar muchos más, aunque estos son las más comunes.
¿Por qué se produce la agresividad en las personas?
No hay un motivo único en el por qué las personas se comportan de forma agresiva, cada persona es diferente y cada vida, un mundo. Sí es cierto, que cuando una persona se ve sometida a estrés, ansiedad, depresión o a un malestar continuo en el cual puede sentirse amenazada de forma continua, puede vivir su experiencia vital como algo peligroso y reaccionar violentamente ante diferentes estímulos lo cual podría explicar (que no justificar) sus acciones.