La pandemia mundial provocada por la Covid-19 ha supuesto un cambio en muchos sentidos para nuestra sociedad. Desde llevar mascarillas, restricciones de movilidad, distanciamiento social, etc. Al inicio de la pandemia, se produjo la medida más radical para frenar la expansión de la enfermedad, el confinamiento domiciliario.
Esta medida supuso la obligatoriedad de quedarnos en casa para la mayoría de las personas. No se podía salir a la calle excepto para las necesidades imprescindibles permitidas. Esto supuso para muchas personas, una situación de convivencia y de ansiedad como no se había vivido anteriormente. Las consecuencias psicológicas de esta medida ya se vieron en China durante el confinamiento domiciliario al que sometió a su población. Aspectos como ansiedad, depresión y Trastorno de estrés post traumático (TEPT) fueron algunas de las consecuencias psicológicas de algunas personas afectadas por los confinamientos domiciliarios.
En España esta medida se aplicó en marzo, y en menor o mayor medida, se alargó hasta junio. La situación excepcional supuso una oportunidad única para estudiar los aspectos psicológicos relacionados con el aislamiento y el afrontamiento ante una situación de estrés vital como la que se vivió en los inicios de la pandemia en este país.
Al respecto, decidimos realizar un estudio sobre posibles factores protectores psicológicos ante una situación como la vivida, teniendo en cuenta cuatro aspectos susceptibles de proteger a las personas de consecuencias psicológicas graves: las estrategias de regulación emocional, mindfulness (atención plena), la autocompasión y la espiritualidad. Decidimos analizar la relación entre estos cuatro posibles factores protectores con las variables síntomas somáticos, ansiedad-insomnio, disfunción social y depresión.
Pero, ¿qué son los factores protectores? Los factores protectores son aquellas características de tipo individual, contextual o ambiental que hace que la probabilidad de que un trastorno o consecuencia psicológica, aparezca tras un suceso vitalmente estresante. Estos factores protectores interaccionan protegiéndonos haciendo que las posibles afectaciones psicológicas sean de menor intensidad que si no las tuviésemos.
Realizamos un estudio con 254 participantes en los que se les hicieron diferentes preguntas sobre la regulación emocional, mindfulness, autocompasión y la espiritualidad y su relación con la sintomatología somática, la ansiedad-insomnio, disfunción social y la depresión.
Los resultados fueron estos: las estrategias de regulación emocional de reevaluación, rumiación y se asociaron con las diferentes formas de sintomatología que analizábamos. Las diferentes formas de mindfulness (atención plena) se asociaron con las diferentes formas de sintomatología que estudiábamos en nuestro estudio. La autocompasión se relacionó con todas las formas de sintomatología, y la espiritualidad se asoció únicamente con la categoría disfunción social de entre las afectaciones psicológicas estudiadas.
Esto significa que, durante el confinamiento producido en España por la pandemia de la Covid-19, las diferentes estrategias de regulación emocional, mindfulness, la autocompasión y la espiritualidad se comportaron como posibles factores protectores psicológicos en las personas encuestadas.
Es posible que se sucedan otros confinamientos domiciliarios en la población española hasta que las posibles vacunas en proceso, ayuden a mitigar los efectos de la Covid-19 en todo el mundo. Mientras tanto, promover hábitos psicológicos saludables pueden ayudar a disminuir los efectos psicológicos de estas medidas promovidas por las instituciones gubernamentales. Como psicólogos en Sabadell, promovemos en terapia estos aspectos para facilitar la salud psicológica de nuestros clientes. Además, trabajamos de forma online para adaptarnos a esta situación y acercarnos a todas las personas.
José R. Martín
Psicólogo Sanitario Col. 24026
Centre InSight
Acceso al estudio: psicologia estudio covid-19
