No siempre se viven momentos fáciles, en los que uno se siente en la cima y listo para enfrentarse al mundo. Puede ocurrir que uno se pierda, que no encuentre el norte y que todo le parezca confuso.
En estos casos, podría tratarse de una crisis existencial. Saber reconocerla y poner en marcha los mecanismos de afrontamiento nos ayudará a salir de ella, preferiblemente con la ayuda de un profesional. Pero vayamos paso a paso.
Convertir el malestar en una oportunidad
Una crisis existencial nunca es agradable, nadie la busca. Sin embargo, cuando nos vemos atrapados en ella, la mejor manera de afrontarla y salir más fuerte que antes es considerarla como una oportunidad para renacer. Este tipo de crisis puede manifestarse a todas las edades, tanto en hombres como en mujeres. Filósofos, intelectuales, incluso algunos científicos, han hablado de ello.
Uno de ellos es Albert Einstein, que aprovechó el malestar para inventar y descubrir. «La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y a los países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos, la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla«: estas son sus reveladoras palabras.
Qué es una crisis existencial
No es más que un determinado periodo de la vida en el que uno se siente desorientado, en el que no entiende qué dirección toma su vida. Las preguntas se superponen, se multiplican. Y el mayor deseo es encontrar respuestas, respuestas que a menudo tardan en llegar y nos sumen en el desánimo.
Sin embargo, aunque a primera vista pueda parecer una condición negativa, una crisis existencial también puede ser una excelente oportunidad para el crecimiento individual. Puede convertirse en una forma de implicarse, de renacer y renovarse.
Cómo superar una crisis existencial
Para poder afrontar, y superar, una crisis existencial, hay que partir de la base de que todo el mundo puede sentirse perdido en un momento dado. Todo depende de nuestra capacidad de reacción. Nosotros determinamos cuándo, cómo y hasta qué punto nos perdemos.
Aunque al principio nuestros sentimientos sean completamente negativos, es posible encontrar el camino de vuelta. En primer lugar, hay que entender las causas subyacentes del malestar, el desencadenante. Es diferente que se trate de tomar una decisión importante o de una decepción amorosa. Sin embargo, el mínimo común denominador es reaccionar y no dejar que las cosas te afecten. Todo pasa: solo es un período más difícil que otros.
Es crucial afrontar la crisis. Si no actuamos y quedamos a merced de las olas, el peligro es caer en una profunda espiral negativa y tener repercusiones psicológicas.
De hecho, si el apoyo de los seres queridos no es suficiente, pedir ayuda es la clave. Un psicólogo o psicoterapeuta tiene las herramientas para ayudarte en el menor tiempo posible.
Es necesario encontrar los lados positivos de la crisis existencial, las oportunidades de crecimiento personal mencionadas anteriormente. El secreto es ver un nuevo camino, el correcto para uno mismo, y no tener miedo de tomarlo.
Los cambios son intimidantes, pero también permiten vivir nuevas experiencias y emociones. Lo importante es no tocar fondo, de lo contrario volver a subir se hace más complicado. En esencia, el reconocimiento de un problema y la ayuda de un experto en la materia son la clave, junto con la fuerza de voluntad para salir adelante.