En psicología hablamos de apego emocional a los vínculos que desarrollamos con los demás durante nuestra vida. Sencillo, ¿verdad? Los vínculos que tenemos ahora afectarán a los vínculos que posteriormente crearemos, esto es: si actualmente tenemos una relación de pareja con un apego inseguro, es probable que en una posterior relación tengamos la tendencia a crear otro vínculo siguiendo este patrón. Nuestras experiencias pasadas y actuales nos construyen como persona, es nuestra base a partir de la cual interpretamos el mundo, y sobretodo, lo vivimos.
Si nuestras relaciones de apego vividas, influyen en las relaciones de apego actuales y futuras, podemos ir tirando del hilo hacia atrás y preguntarnos, ¿cuándo empezó todo esto? La primera relación de apego emocional que establecemos es con nuestros padres, pero sobre todo con nuestra madre. Esos primeros contactos piel a piel, cómo se relaciona el bebé con el pecho de la madre, si es cogido en brazos cuando llora, si se siente atendido, seguro… todos estos factores contribuirán a un primer y esencial apego en nuestra vida.
A partir de éste, crearemos una base de confianza o desconfianza respecto al mundo y a las posteriores relaciones que podamos establecer proyectadas en nuestras experiencias primeras.
¿Qué tipos de estilos de apego emocional se pueden crear?:
– Estilo de apego SEGURO:
El bebé se siente seguro con sus padres y confía en que éstos aparecerán en una situación de necesidad o de peligro. La vinculación es de confianza.
– Estilo de apego ANSIOSO:
El bebé no se siente seguro con sus padres y no sabe si acudirán o no en situación de necesidad o de peligro, los padres realizan un vínculo seguro en ocasiones lo que crea inseguridad en otras. El bebé siente que no siempre puede sentirse seguro y atendido.
– Estilo de apego EVITATIVO:
El bebé no se siente nunca seguro por lo que acaba sintiéndose rechazado, esta situación provoca una respuesta de intento de supervivencia luchando por volverse de alguna manera autónomo.
Teniendo en cuenta las experiencias de estas primeras situaciones de apego en el bebé, entenderemos el mundo en base a éstas, por lo que en las siguientes vinculaciones las haremos según estos patrones. Los estilos de apego emocionales disfuncionales pueden provocar problemas psicológicos en el menor y en el adulto. El desarrollo cerebral del niño puede verse afectado gravemente si sus vinculaciones de apego no son seguras que después puede arrastrar a lo largo de toda su vida.
En el adulto podemos ver cómo muchas veces problemáticas actuales vienen dadas por cómo ha sido su patrón de vinculación desde bien pequeños, trabajando todo el historial tratamos de reparar estas relaciones disfuncionales, las cuales muchas veces se repiten una y otra vez bajo un patrón inicial, motivando que se activen nuestros aprendizajes (y mecanismos de defensa) para contrarrestar y compensar una relación de apego insegura inicial.
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Centro InSight
José R. Martín
Col. 24026