Casi han terminado las fiestas de Navidad y con ellas las reuniones con la familia, comilonas, y sobre todo, se ha terminado el año 2018. Con la llegada de un nuevo año nos solemos marcar nuevos retos y objetivos a conseguir. Plantearse propósitos y metas es algo positivo que hace que analicemos nuestra vida y qué cosas queremos cambiar o mejorar durante el año que acabamos de empezar.
Es habitual que la motivación inicial decaiga a medida que pasan los días, poniendo en riesgo nuestros objetivos de dejar de fumar, adelgazar, apuntarse al gimnasio, leer más, buscar un nuevo trabajo, etc.
A continuación, os damos unos consejos para enfocar los retos de forma más racional, favoreciendo su consecución:
- No marcarnos objetivos ni empezarlos nada más empezar el año.
El momento en el que nos planteamos las nuevas metas suele ser al empezar al año, y aunque es comprensible que lo hagamos, en estas fechas terminamos las fiestas de Navidad, las comilonas y mucha gente vuelve al trabajo. Lo más normal es estar un poco cansados por la “resaca” de las navidades, esto puede hacer que nos marquemos objetivos poco realistas o que no tengamos la energía necesaria para empezarlos, esperar una o dos semanas para marcarnos estos objetivos y retrasar ligeramente su inicio puede ayudarnos a su consecución.
- No marcarnos objetivos demasiados ambiciosos ni a largo plazo.
Podemos tener la tentación de ponernos metas muy grandes ya que queremos poder hacer grandes cambios en nuestra vida. Esto cambios suelen conseguirse a largo plazo por lo que la meta puede quedar muy lejos. Tener demasiado lejos el éxito puede crearnos frustración y hacernos desistir a medio camino, cuando para ver el objetivo hay que mirar muy lejos, muchas veces se acaba apartando la vista.
- Marcarnos objetivos a corto plazo y realistas.
¿Cómo deberíamos marcarnos nuestros propósitos? Lo mejor es dividir un gran objetivo en otros más pequeños y a corto plazo. Podemos ponernos metas mensuales o incluso semanales, dependiendo de cuál sea el objetivo a lograr y si es factible dividirlo de esta manera. Debemos ser realistas a la hora de establecer nuestros propósitos, ya que un reto demasiado ambicioso puede frustrarnos si no lo conseguimos, y un reto demasiado fácil puede desmotivarnos si lo logramos de forma sencilla. Los objetivos deben ser ajustados en dificultad y en tiempo.
- Felicitarnos por los pequeños objetivos logrados.
Es muy importante la manera de afrontar cognitivamente nuestros propósitos. Hay personas que cuando logran un objetivo no se felicitan a sí mismas, ya que su exigencia es tan alta que consideran que alcanzarlos era su responsabilidad. Esto es un error. Es habitual machacarnos cuando fallamos y no disfrutar de nuestros pequeños éxitos. Debemos cambiar esta forma de actuar y felicitarnos cuando conseguimos lo que queremos, estar contentos y disfrutar del trabajo realizado, esto nos motivará para continuar con los siguientes pasos establecidos.
- Perdonarnos cuando no logremos nuestros objetivos
Cuando nos marcamos retos como dejar de fumar, adelgazar, hacer ejercicio, leer más, etc., hay veces en las que tenemos recaídas y fallos. Esto suele producir desmotivación, frustración y ganas de abandonar nuestros objetivos, ya que podemos pensar que ya nos ha vuelto a pasar y que nunca vamos a conseguirlo. Debemos pensar que las recaídas son un proceso normal dentro del círculo de consecución de nuestros objetivos, y no es un impedimento para seguir luchando para lograr nuestras metas, debemos verlo como algo normal y no caer en el desánimo, ¡sino un momento de pausa para volver a arrancar con más energía!
Esperemos que podáis conseguir vuestros propósitos de año nuevo, y si necesitáis ayuda con ellos, siempre podéis contactar con el Centro InSight para pedirnos ayuda. ¡Feliz año nuevo 2019!
Centro de Psicología InSight
Col. José R. Martín
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