El mitómano, o mentiroso patológico, miente para demostrar a los demás que tiene una vida apasionante y que ha vivido experiencias increíbles y aventureras. ¿Cómo reconocerlo y desenmascararlo? Te lo explicamos en este artículo de Centre Insight.
¿Qué es la mitomanía?
También conocida como pseudología fantástica, la mitomanía es un trastorno psicológico que lleva a manipular la verdad y a mentir de forma patológica y continuada.
Una persona mitómana no solamente tiene la necesidad recurrente de mentir, sino que se caracteriza por la tendencia a presumir de las capacidades para demostrar la propia superioridad. Los rasgos distintivos de identidad con los que se presenta la mitomanía son, por tanto, la invención y la exageración.
¿Qué causa la mitomanía?
Las causas de la mitomanía son multifactoriales y no siempre fáciles de identificar. A menudo, el trastorno está relacionado con una condición de baja autoestima y profunda inseguridad: el mitómano descubre, normalmente desde la infancia, el poder devastador de la crítica. La mitomanía, de hecho, es una reacción defensiva ante situaciones que provocan ansiedad o frustración en el sujeto.
El hábito de mentir compulsivamente, por lo tanto, puede desarrollarse ya en la infancia: a muchos niños les resulta difícil hacer frente a ciertas frustraciones y acaban, dentro de ciertos límites, mintiendo a sus padres por miedo a defraudar sus expectativas, en un intento de preservar su propia imagen o de evitar un castigo. Este fenómeno se convierte en patológico cuando el niño (o adulto) propenso a la mitomanía descubre que la mentira puede entenderse como verdad, sin consecuencias negativas asociadas.
Por otro lado, un sentimiento de placer y poder puede llevar fácilmente a repetir el mismo comportamiento. Por ejemplo, cuando los compañeros se interesan por las historias ficticias, convincentes y fantasiosas del mitómano, este empieza a sentirse aceptado y, en consecuencia, inventa mentiras cada vez más increíbles. El resultado es el hábito de repetir el comportamiento, incluso sin un propósito específico.
Así, los mitómanos entran en un círculo vicioso construido a base de mentiras para satisfacer expectativas y sentirse aceptados, acabando por confundir fantasía y realidad.
¿Cómo es un mentiroso compulsivo?
El mentiroso siempre se presenta como una personalidad encantadora y segura de sí misma a la que le gusta conquistar a quien le rodea para sentirse más fuerte y querido.
Existen, sin embargo, ciertas características comunes no solo a los hombres, sino también a las mujeres, que podríamos denominar síntomas del mentiroso patológico o mitómano:
- Lleva una vida perfecta,l siempre se presenta como un ganador y tiene una técnica probada a lo largo de los años que le permite no quedar en evidencia.
- Siempre intenta mostrar una realidad distinta a la suya, porque cree que su realidad es mediocre y carente de interés. No es empático y rehúye la culpa.
- Normalmente, tiene un carácter egocéntrico y una actitud egoísta, ante todo está su propia satisfacción a costa de los que le rodean.
- Se siente superior a los demás. La mentira patológica aumenta su sentido de superioridad. En sus relatos, exagera los hechos, intentando mantener la verosimilitud, a menudo enriqueciéndolos con detalles.
- Se siente irresistible, se presenta encantador y seguro de sí mismo. El mentiroso patológico suele ser narcisista.
- Los hechos no son siempre los mismos, el mentiroso patológico es capaz de engañar incluso con opiniones o hechos que no cuadran, con tal de mantener la atención de su interlocutor.
- Vive las mentiras patológicas como su realidad, las mentiras se transforman en verdad, hasta el punto de que, muy a menudo, el mismo mentiroso patológico es incapaz de distinguir lo real de lo falso.
¿Cómo desenmascarar a un mitómano?
No hay formas realmente eficaces de saber si una persona miente o de desenmascarar a un mentiroso. Sin embargo, hay estudios, que han puesto de relieve ciertos signos que pueden ayudarnos a identificar las mentiras:
- Utilización de un lenguaje impersonal, evitando el uso de nombres propios pero recurriendo a los pronombres.
- Mal uso de los gestos: mentir requiere concentración, por lo que se tiende a no utilizar los gestos para evitar confusiones.
- Uso de interjecciones y pausas para tener tiempo de pensar qué decir
- Respuestas evasivas.
Si crees que alguien de tu entorno sufre de mitomanía te aconsejamos que contactes con nuestros profesionales de Centre Insight, nuestros psicólogos y psiquiatras guiarán a la persona afectada hacia el conocimiento de sí mismo, y trabajarán conjuntamente para encontrar la mejor solución a esta situación.