Falta poco para llegar a marzo de 2021 y que se cumpla un año del confinamiento total que se produjo en España el año pasado. A pesar de que no hemos sufrido aislamientos tan radicales y bruscos como entonces, el virus sigue haciendo de las suyas por el mundo lo que supone un número incesante de infectados, muertes y restricciones para intentar frenar el contagio, para intentar volver, de alguna manera, a aquella normalidad que todos echamos de menos.
Llevar todo un año de pandemia está llevando a muchas personas a padecer problemas psicológicos como puede ser problemas de sueño, estado de ánimo depresivo, ansiedad, cansancio prolongado, etc. Toda esta sintomatología podría ser fatiga pandémica, producida por el estrés continuado por toda la situación vivida. El estrés es un mecanismo por el cual, cuando nuestro cerebro identifica un peligro, activa todos los recursos de nuestro cuerpo para enfrentarse a dicha amenaza, protegernos y procurar nuestra supervivencia. Cuando este estrés se prolonga en el tiempo empezamos a padecer ansiedad, la cual trae consigo una sintomatología más acusada y desagradable entre los que la padecen.
Desde el año pasado nos vemos expuestos a una sensación de peligro constante, estamos viviendo una y otra vez estímulos negativos como cifras de muertos y el empeoramiento de la pandemia (las olas). Además, esta información negativa la recibimos por muchos canales diferentes: amistades, familia, radio, televisor, etc. Todo esto hace que tengamos mucha sobreinformación, la cual no permite que disminuya nuestro estrés o nuestra ansiedad. Si nuestro cerebro percibe un peligro, quiere estar informado de cómo va este peligro para así actuar en consecuencia, por lo que vivimos enganchados a toda esta situación.
Además, estamos inmersos en una situación nada estable, en la que vivimos semanas o meses ante restricciones de movilidad temporales, lo cual nos impide ir a sitios nuevos, visitar a amistades o familiares fuera de nuestra zona. Por ejemplo, si vivimos en Sabadell y no podemos salir, quizá podamos ir a las zonas que conocemos que nos hacen sentir bien, pero llega un momento en el que podemos agobiarnos y dejar de querer ir, lo cual puede producir aislamiento y emociones desagradables. Todo esto empobrece nuestro ambiente, lo que nos puede provocar malestar en nuestro estado de ánimo.
En definitiva, sentirse con bajo estado de ánimo, con ansiedad, agobiado, estresado, todo esto es normal dadas las circunstancias en las que estamos viviendo debido a la pandemia producida por la Covid-19.
Si sientes emociones parecidas y buscas la ayuda de un psicólogo en Sabadell, ¡contacta con nosotros!
José R. Martín
Psicólogo Sanitario nº 24026
Centre InSight