¿Qué es la talasofobia?

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Es pleno verano y mucha gente está deseando que lleguen las vacaciones para ir a la playa y, finalmente, poder darse un buen chapuzón. Pero, ¿sabías que también existe un pequeño número de personas que le tienen miedo al mar?,  ¿qué no quieren saber nada de bucear y que apenas soportan la idea de estar en la orilla?. 

Pues bien, no se trata de un capricho en absoluto; al contrario, si una persona tiene miedo al mar, tienes que saber que hay que dejarla en paz, no querer obligarla a meterse o a dar un paseo en barco: es un problema que puede tener raíces profundas, que debe tratarse con tacto y, posiblemente, con la ayuda de un profesional. Este miedo tiene un nombre y es la “talasofobia”.

Qué es la talasofobia: Significado y diferencia de la hidrofobia

El miedo al mar tiene un nombre propio, talasofobia, porque no es un simple miedo al agua. De hecho, difiere considerablemente de la hidrofobia, que es el miedo a los líquidos y al agua en particular. Más concretamente, la talasofobia indica el miedo que se siente ante las masas de agua profundas, que pueden ser el mar, el lago o incluso la piscina.

¿Cómo ven el mar las personas con talasofobia?

Lo que más aterroriza a los talasofóbicos es no saber a ciencia cierta qué hay en las profundidades del mar, por lo que les asusta lo desconocido y el miedo a no poder mantener la situación bajo control. Como todos los que tienen algún tipo de fobia, los talasofóbicos presentan síntomas como el miedo exagerado a una masa de agua, palpitaciones y ansiedad, hasta el punto de sufrir un ataque de pánico en toda regla cuando se encuentran cara a cara con el “enemigo”.

Talasofobia y psicología

Sin embargo, la talasofobia puede esconder malestares más profundos. Por ejemplo, es muy probable que un talasofóbico sea una persona que, en general, tiene miedo al cambio y tiene la necesidad de vigilar todo lo que le rodea.

Podría tratarse de alguien que tiene una necesidad constante de contar con puntos de referencia seguros y determinados y que no quiere dejar que las cosas sucedan tal y como vienen; también teme fuertemente las situaciones que podrían terminar siendo un callejón sin salida, pero también tiene una cierta dificultad para buscar la conexión con su interior.

miedo al agua

¿Cómo se cura la talasofobia?

Es importante tener en cuenta que los talasófobicos no tienen miedo solamente a nadar, sino también a lo que pueda esconderse en el agua, como peces, rocas, algas y, en los peores casos, monstruos marinos imaginarios. Por lo tanto, un curso de natación no es suficiente para superar el miedo al mar, sino que se necesita un curso mucho más complejo para combatir este miedo irracional, que puede desembocar en un ataque de pánico. 

Para recuperarse de la talasofobia, primero hay que aprender a respirar conscientemente, a tener una respiración fluida, continua y natural, sin pausas entre la inhalación y la exhalación. Luego hay que familiarizarse con el agua poco a poco, obviamente en aguas poco profundas, donde se puede ver muy bien el fondo.

Hay que aprender a contener la respiración, observar el cuerpo en el agua y saber controlarlo, aprender a flotar, a nadar, hasta sentirse a gusto. Una vez hecho esto, podremos abordar el mar propiamente dicho, pero  siempre poco a poco.

Un truco puede ser darse la vuelta hasta sentirse mareado: así experimentarás la sensación de perder el control de tí mismo y de tu entorno, como puede ocurrir en el agua. Sin embargo, debes tener cuidado de no hacerte daño y, por lo tanto, solo debes realizar el ejercicio en un lugar donde no haya bordes u otros peligros al acecho.

En algunos casos, será necesaria la ayuda de un profesional para la ansiedad, porque el miedo al mar puede provenir de un trauma pasado, esconder malestares más profundos o depender de la personalidad del sujeto

 

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